El oaxaqueño Aquilino García Pérez, nació en Tuxtepec, Oaxaca. Cruzó la frontera hace seis meses y medio, y de inmediato se puso cómo ganarse la vida. La necesidad de sobrevivir, salir de deudas y mandar dinero a su familia en México, llevó al oaxaqueño a hacer algo inusual en Los Ángeles, abrir un puesto de pollos asados en una banqueta de Hollywood.

Todos los días, excepto los miércoles, Aquilino levanta una carpa bajo la que coloca su parrilla, la plancha, y al lado una larga mesa con sus utensilios.

Para su propia sorpresa, su comida ha gustado, por lo que, a mediodía, los trabajadores de los alrededores se arremolinan en el puesto para comprarle sus pollos y costillitas.

“Me gustaría un día tener un negocio establecido de asados, pero voy paso a paso”, comenta ilusionado mientras parte un pollo asado y lo acomoda en un contenedor para entregar a uno de los clientes que hacen fila para comprar su almuerzo.